jueves, 25 de julio de 2013

Tragedia

Esto tan solo es un homenaje desde el corazón. No me esperaba esta transcendencia ni que incluso se creyese que lo que narro aquí es cierto.
Este es un Blog literario, que lee gente que me conoce y que obviamente saben que lo que escribo aquí no es cierto bajo ningún concepto. Siento la confusión, no me esperaba para nada esta transcendencia.
Muchas gracias por vuestro apoyo, y repito que esto tan solo es un homenaje a las víctimas y una creación literaria.
Un abrazo, aquí os lo dejo:

NO SON HECHOS REALES
-¡Vamos, Alejandro, que vamos a llegar tarde!
Mientras mi madre no hacía más que gritarme, yo miraba a mi almuerzo con cariño, y él me miraba pidiendo piedad. Finalmente, con un arrepentimiento fingido, lo mordí.
-¡¡Alejandro, que te espabiles!! Que como perdamos el tren, tu padre se va a enfadar.
¿Por qué el hombre está en lo alto de la cadena alimenticia y nadie le tose? Sería emocionante que los animales se rebelasen contra su destino y atacasen a los hombres. Eso le hace falta a mi vida, emoción.
-¡¡Que te espabiles te he dicho niño!!

miércoles, 17 de julio de 2013

Sentimientos

No sé si era algo mágico, pero hace un año y medio tuve una rara enfermedad. Los médicos no sabían cual era, ni por lo tanto como tratarla. No se parecía a nada que hubiesen visto antes, y al parecer no tiene explicación. Al menos puedo decir con orgullo, pero con tristeza, que he sido único en el mundo.
Cada dos meses, aproximadamente, sin saber por qué regla de la naturaleza se regía, uno de mis cinco sentidos dejaba de funcionar. Así de simple. Soy el claro ejemplo de que las reglas están para saltárselas.
Es difícil de creer, pero aún así puedo asegurar que no me lo estoy inventando. Ojalá mi imaginación diese para tanto. Pero cumplido el plazo que ese ser superior impuso, y tras dormir, una deficiencia era sustituida por otra. Y todo sucedía en cuestión de horas. Hay quién dice que tenía la cara muy dura, que todo era mentira. Pero está probado por multitud de especialistas. Todo era verdad.

jueves, 11 de julio de 2013

Como Quieras

Nunca despertar fue tan difícil.
La soledad, en ocasiones, invita a automedicarse, y no hay mejor medicina para olvidar que se está solo, que el alcohol.
En el bar, me inspiro entre copas. Cuando Gonzalo, tras la barra, me ve entrar, me aplaude, porque sabe que voy a gastar en su bebida todo el dinero del que dispongo, que por desgracia, no es mucho.
En su local, invoco a mi musa en una servilleta. A veces aparece y otras me deja a solas con la copa, para que nuestro diálogo sea más fluido.
Pero escribo. Vierto en el papel mis desgastadas palabras, gastando la tinta en emociones enturbiadas por lo que bebo.

martes, 9 de julio de 2013

Soñar a Oscuras

Estoy solo en casa por primera vez.
Es una sensación extraña. Sentir la libertad con las yemas de los dedos, tener la capacidad de tomar cualquier decisión sin que nadie la cuestione. Es la fruta prohibida de cualquier niño, pero para mí es un castigo.
Saber que eres la única persona que respira en la casa es difícil de asimilar. Ahora entiendo a mi madre cada vez que decía que dejarme solo en casa es un peligro. Y es que mi imaginación me puede jugar malas pasadas.
Cada ruido, cada sonido no esperado, es una declaración de guerra. Ante la más mínima pausa en la quietud del ambiente, mi mente crea una historia. ¿Que el viento cierra una ventana bruscamente? Eso significa que un ladrón intenta colarse ahora que no hay nadie más conmigo en el domicilio. ¿Que estoy en el sofá del salón y en la cocina se oye un ruido? Sin duda un intruso que pretende asesinarme ha quebrado la seguridad de mi hogar.
Pero cuando lo peor lo paso es, sin duda, cuando el golpe proviene del sótano. No soy más que un niño, y para mí cualquier detalle, cuando estoy solo, es síntoma de miedo y preocupación. Rápidamente lo asocio con un fantasma que habita en el olvido más ingrato y que despierta en los cimientos de esta casa en alguna noche perdida, como la de hoy, y sale de su cautiverio para acabar con incautos como yo.
Lo primero que hago es llamar a gritos a mi padre. Él es que sabe espantar a los monstruos y a las criaturas que quieren terminar con mi corta vida. A los segundos de no obtener respuesta, recuerdo que no está. Que yo soy el hombre de la casa. Que la responsabilidad de alejar a ese espíritu recae sobre mí.
Es un hecho que todos nos sentimos más seguros con algo entre las manos. Algo con lo que herir a quien quiera hacernos daño, así que me dirijo a la cocina.
Una vez allí abro el cajón principal y extraigo de él un cuchillo. El más grande y afilado que encuentro.
Y luego, aunque sin tener todas conmigo, abro la puerta del sótano. Antes de empezar a bajar peldaño a peldaño, pulso los interruptores del subterráneo y me preparo para enfrentarme a lo que sea que me espera viendo bien a qué me enfrento.
Estoy realmente asustado, pero aún así, con mi arma en la mano, me atrevo a descender.
El sótano es amplio. En él hay desde una caja de herramientas a un sofá viejo, pasando por una mesa, unas bicicletas... Y demás trastos que sobran. Mi sótano es algo así como el infierno, todo lo que no queremos arriba, va abajo.
Con el cuchillo en alto empiezo a gritar: "¿Dónde estás? ¡Sal si eres capaz!"
Y cuando daba vueltas sobre mí mismo esperando que se abalanzase sobre mí, la luz se apaga. Así de simple. No sé ni cómo ni por qué, pero todo se vuelve negro.
A partir de ese momento el pánico se apodera de mí. Dejo caer el arma al suelo y corro, sin pensar, en dirección al sofá. Me tropiezo con este y me enredo con la manta que estaba sobre él. Y en el refugio que me proporciona, me siento a salvo.
Aveces el mayor error es no hacer nada ante los problemas, y otras veces es hacer demasiado.
Allí, en la calma del sofá, me doy cuenta de que no debería haberme hecho el valiente, que ignorar a quién nos quiere hacer sufrir es la mejor respuesta a sus ataques. Y es que los peores fantasmas son los que tenemos en nuestro interior impidiéndonos dormir. Esos son los cobardes que se escudan en algo llamado insomnio. Y es que a mí me da miedo soñar a oscuras.
Siempre he confiado demasiado en que mis padres estarían ahí. Nunca me he planteado que algún día se irán para no volver, y entonces no tendré ningún punto de apoyo. Y hay problemas que no se pueden arreglar com éxito si alguien que ha pasado por lo mismo no nos ayuda.
Yo por ahora sigo aquí quieto, bajo la tela, procurando que nadie me oiga respirar. Y al final para esto sirve ser valiente, para darle un arma a tus miedos. Arma que no tendrían si no hubieses estado en silencio.
Alejandro Berraquero, a 9 de Julio de 2013

sábado, 6 de julio de 2013

Esquizofrenia

Tengo un problema. Y es uno que no tiene explicación, que me viene sucediendo desde hace un mes.
Empezó con algún susurro ocasional. No sabía de dónde venía, pero cuando andaba por la calle en mi cabeza voces desconocidas hablaban consigo mismas, cosas que no tenían nada que ver conmigo.
Al poco tiempo este hecho se fue repitiendo, hasta que me percaté de que lo que escuchaba era sus pensamientos. ¡Podía leer las mentes! Aquello era increíble. Sabía lo que la gente pensaba, lo que querían, lo que echaban de menos. Sabía la verdad.

miércoles, 3 de julio de 2013

Pañuelos

Ayer tuve una idea. Suelo tener varias en un día, pero las desecho en pocos minutos. Algunas son absurdas, otras carecen de fundamento, y otras me parecen tan perfectas que dudo que lleguen a funcionar.
Pero la idea de ayer... Parece tan inútil, carece tanto de sentido que quizás por ello la quiero llevar a cabo.
Me llamo Salvador Garrido y soy profesor. Estoy viejo, tanto que hace tiempo que perdí la cuenta de cuantos años tengo. Lo único que sé es que ya hace varios que debería de estar jubilado.
Pero sigo trabajando. Soy el tutor de una clase de unos chavales de unos once años que son para mí como una familia. Llevo educándolos lo mejor que sé unos cuatro cursos, y no me canso de ellos. Me gusta pensar que soy como un padre para esos locos.