miércoles, 29 de junio de 2016

El puto amo

“Imagino que engordaste para que el alma te entrase.”
-Alejandro Sanz


Mi padre y yo. Ni idea de cuando, pero ayer no fue.




A lo largo de la vida tomamos muchas elecciones, la mayor parte de ellas en base a nuestros gustos. De qué sabor es el helado que quieres comerte, de qué color es la camiseta que prefieres comprarte o qué canal de televisión te apetece ver más esta noche. Son elecciones tontas, rápidas e incluso simples. No nos importa equivocarnos a la hora de elegir el sabor, el color o el canal. Mañana habrá más comida, más prendas de vestir y más programas. El error es fácil, pero también la solución.

domingo, 19 de junio de 2016

#Fragmento // Castillo (Fragmento de mi próximo libro)


“Soñé contigo, te hiciste realidad,
Lo que implica que las pesadillas también llegarán.”

-José Galinier (Dheformer)


Castillo de la playa Cruz del Mar, Chipiona, en la entrega de un premio, 2013.

jueves, 16 de junio de 2016

#SinPenaNiGloria II: Penoso

“Y tú te fuiste,
No puedo permitirme estar triste,
Sigo en el sitio del que huiste,
Aguantando embistes.”
-Pedro Navarro (Foyone)


Castillo de Playa Cruz del Mar, Chipiona, en la entrega de un premio, en 2013.



¿Recordáis el último relato, llamado "¿Socorro?"? Si no sabéis de qué estoy hablando, pinchad aquí y podréis leerlo -es muy corto, no os preocupéis -.
Si no os apetece o creéis recordarlo más o menos, podéis leer este texto de manera completamente independiente. 
Voy a empezar una especie de proyecto con esta historia, llamado #SinPenaNiGloria. Tal cual. Será un conjunto de relatos que seguirán la historia de este chico, Manuel, que ha sido secuestrado y escribe qué le está pasando en un cuaderno para no aburrirse, como si hablase con un amigo imaginario.
Os dejo en cursiva ciertas frases que me gustaría resaltar. Puede que empiece a hacerlo más a menudo.
Sin más, aquí os dejo con:

#SinPenaNiGloria II: Penoso


Escribir aquí es como tener un amigo imaginario. Puedes encenderlo y apagarlo cuando quieras. Sabe escuchar, no hace preguntas que no quieras responder y hace que no te sientas solo. Por eso la soledad sólo merece la pena cuando se comparte.