domingo, 13 de diciembre de 2015

Quizás esto también sea una autobiografía: Prólogo

Aquí os dejo el prólogo del otro libro que tengo entre manos. Os toca decidir. Echadle un vistazo al de la semana pasada, PLANO SECUENCIA, y el que tenga más visitas e interacciones, así como comentarios positivos, será el que finalmente escriba. Este libro se desarrolla con una estructura diferente. Está divididos en capítulos bastante extensos y ellos, a su vez, en dos partes. En ella se ve cómo nuestro protagonista, un hombre de cuarenta años y periodista en un periódico local, llega a la conclusión de que su vida es lo suficientemente interesante como para escribir una autobiografía. A continuación, descubriréis por qué llega a esa conclusión.
Espero vuestra opinión, un abrazo.
La ilustración, una vez más, corre a cargo de Raquel Galante.
Quizás esto también sea una autobiografía, por Raquel Galante



Prólogo
Cuando se le ocurrió la idea, estaba lavándose las manos.
Ésta surgió de sus reflexiones, acaecidas algo antes, mientras tiraba la bolsa al pozo. Desde que terminó la universidad, las ganas de escribir su propia biografía le rondaban la mente, pero claro, se decía siempre que aún le quedaba mucho por vivir que más tarde podría resultar interesante sobre el papel. Esta ambición por redactar un volumen sobre sus vivencias, le volvió a abordar al recordar el libro que había tenido la chica en las manos cuando la conoció. Sí, tal y como supones era una autobiografía, no viene al caso de quien, –ni siquiera él era capaz de recordarlo –pero ésta le despertó el sueño que estaba desterrado de sus aspiraciones de ser un escritor de éxito con su obra en los escaparates. Justo después, mientras se desnudaba entre la tierra inerte que rodeaba el pozo, pensó lo mismo que pensarías tú si le conocieses: ¿A quién le importa la vida de un periodista que ve venir cual buitre al acecho la cifra de cuarenta años y que está apalancado en la sección de noticias de un periódico local? En realidad, viéndolo desde esa perspectiva, a nadie. Sin embargo, a medida que iba encendiendo la hoguera, se dijo a sí mismo que su existencia sí que había sido fructífera, en lo que al contenido narrativo de unas memorias se refiere. A pesar de ello, tal y como caviló a medida que arrojaba sus prendas de vestir al fuego y las veía arder, no podría contar la verdad, dado que en ese caso le encarcelarían. Fue, tal y como dije al principio, mientras borraba las manchas de sus manos, cuando se le abalanzó la fórmula para llevar a cabo su sueño. La redactaría como si se tratase de la historia de un delincuente, un ser de ficción, que escribía sus asesinatos, robos y escarceos con el mundo de las drogas, siendo más tarde alabado por la crítica sin que nadie en el mundo supiese que se trataban en realidad de hechos reales. Es decir, escribiría una crónica de su pasado haciéndola pasar por una novela, eso sí, cambiando los nombres de los implicados. Así podría contar su vida sin que nadie supiese que todos esos crímenes habían sido realizados en realidad por él.
Sorprendido por sí mismo por poseer tanta imaginación, y tras vestirse de nuevo con la ropa que llevaba en su maleta, arrancó el motor del coche y se alejó de allí. Hacia dónde se dirigió entonces no viene al caso, pero sí lo que dejaba atrás: El cadáver de la chica que leía una autobiografía en una bolsa dentro de un pozo.
Este libro narra eso, cómo un criminal se hace de oro redactando sus propios crímenes sin que nadie sospeche que son reales, desde la perspectiva de un personaje que hace lo mismo que él en su obra de ciencia ficción.
Te aconsejo que leas entre líneas. Quizás esto también sea una autobiografía.

Por Alejandro Berraquero, en septiembre de 2015. hastaquesecolapselainspiracion.blogspot.com

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