viernes, 7 de marzo de 2014

Platos Rotos

¿Sabes cómo es el sonido de un plato al romperse contra el suelo? ¿Al estrellarse y hacerse pedazos? ¿Al partirse en añicos, añicos que nunca más volverán a estar unidos?
Ahora imagínate que ese plato era tu vida y que cada uno de los pedazos en los que se ha separado es una parte de ella que nunca volverá a ser como antes.
Yo lo he oído y me lo he imaginado cuando la madre de mis hijos ha tirado uno a mis pies y lo que he sentido en ese momento espero que nadie lo sienta, porque es un miedo indescriptible que simboliza que todo ha acabado.
La escena tiene un contexto. Ella siente que su vida a mi lado es una mierda, que no tiene sentido y el camino fácil para ella es decir que yo tengo la culpa de todo.
Incluso ha llegado a gritar que nuestro hijo ha sido un error y que nuestro matrimonio fue la peor decisión de su vida
¿Y por qué no? Puede que sea cierto. Puede que después de todo yo no sea lo suficientemente bueno.
Pero... ¿Nuestro hijo? ¿Que nuestro hijo no es lo suficientemente bueno?
Esa mujer, si es que se la puede llamar así, no tiene ni idea de lo que hace sufrir cuando abre la boca, ni tampoco de las hemorragias internas que provoca ahí donde más duele. En el alma.
Lo peor es la banda sonora. Raúl llorando al otro lado de la puerta, asustado.
¿Qué se supone que tengo que hacer ahora? ¿De dónde voy a sacar fuerzas para decirle a mi niño que no pasa nada, que todo va a ir bien cuando en realidad pienso que la vida es una mierda? ¿Con qué cara me voy a agachar a donde él está acurrucado, a abrazarle, a decirle que le quiero, que lo siento mucho y que... y que nada va a ser igual?
Los hombres no lloran, ¿No? Entonces, ¿Esto qué es? El que inventó ese tópico nunca decepcionó a su hijo.
Tantos años respirando el mismo aire... tantos minutos, tantos segundos riendo juntos, creyendo que nada nos separaría y al final nos ha separado el dolor. El dolor de saber que por mucho que te guste una pared, chocar con ella solo te hace daño.
¿Pero qué más da nuestro pasado si en el presente las peleas son constantes? Echar de menos no sirve de nada. Ni las lágrimas. Ni la rabia. Nada sirve de nada si no actuamos en consecuencia y, cuando yo he querido actuar, ha sido demasiado tarde. El plato ya estaba roto.

5 comentarios:

  1. Pese a ser uno de los mas breves (a mi parecer) este me ha llamado la atencion especialmente, mas que nada por la frecuencia con la que ocurren y las consecuencias ue conllevan. No puedo imaginarme como te metes en la piel del que sefue esta situacion de tal manera. No te des por vencido, y sigue luchando por lo que quieres, que no vienen nada mal uno de de los textitos de berra por semana :3 un beso desde rota

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    1. Muchas gracias preciosa;) No te preocupes que no me voy a dar por vencido!

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  2. ¿Y si un plato no es una vida? ¿Y si es un sueño, un corazón? Los pedazos te aplastan, pero puedes salir y caminar sobre ellos. Cortarán e intentarán que no avances, pero los añicos de un plato roto no pueden cubrir el suelo eternamente.
    Al fin y al cabo, nuestra vida son escenarios que creamos, en el que el único elemento imprescindible somos nosotros mismos. Siempre podemos construir una vida nueva, dejar atrás los trozos cortantes.

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    1. Me parece que tú escribes mejor que yo y todo jajajaja:)

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  3. Vas a llegar muy lejos berra, y como amiga que me considero te digo que no te rindas, que sigas así y por supuesto que esto cada vez vaya a más
    Mucha suerte berry, un beso cariño

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