Por Alejandro Berraquero
No entiendo como alguien puede ser tan mala persona, tan inmadura
como para reírse de las lágrimas de otro.
¿Cómo se puede tener tan poco corazón para hacer daño sabiendo
que se está haciendo?
Una broma no tiene gracia si humilla.
Creo que todos esos que se creen tan increíblemente graciosos con su crueldad deberían de sufrir lo que sufre la víctima de sus ataques. Porque se sufre, ¿Eh? Y duele. Nunca podré llegar a comprender cómo podemos llegar a ser tan gilipollas como para anteponer un minuto de nuestra felicidad a horas de dolor de alguien que no somos nosotros. Porque me sorprendo de lo egoísta que podemos llegar a ser a veces. Y hasta que no se está al otro lado del cañón del arma no se sabe qué se siente.
Conozco a decenas de personas -si es que se las puede llamar así- que
viven con miedo a morderse la lengua para no morir por ingerir su
propio veneno. No me malinterpretes, no estoy comparando a estos
seres humanos con animales ponzoñosos. Al menos ellos lo hacen para
defenderse mientras que los humanos lo hacen por diversión.
A día de hoy he comprendido que hay seres vivos que usamos como
mascotas que tienen más humanidad que sus dueños.
Hay hombres y mujeres que me dan asco. Auténticas arcadas que no me
producen ni los peores virus. Porque da igual qué haya hecho quien
llora en un rincón de su habitación por sus burlas, que en la
mayoría de los casos es respirar sin ser tan perfecto como el que
hace la gracia. Ser gordo, feo, tonto o cometer algún error no
justifica las palabras que reciben como si fuesen balas y que los
mata poco a poco.
Algún día los que ponen la soga al cuello de personas inocentes
recibirán su finiquito, aunque ahora mismo solo sea mi rabia
indignada que intenta escupir la realidad.
Y ahora un consejo: Me conozcas o no, si te has sentido identificado
o identificada, es porque hasta tú mismo en tu interior sabes que
eres una mierda de persona. Que esto no sirva para decir: “Qué
bien” o “Qué mal escribe”. Que esto funcione para que te pares
y pienses en lo que estás haciendo.
Porque si das violencia, recibes violencia.
Alejandro Berraquero, a 14 de Febrero de 2014 en
hastaquesecolapselainspiracion.blogspot.com
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