sábado, 14 de septiembre de 2013

Empieza el Juego

Empieza el juego.
Te voy a explicar las reglas. Son sencillas, pero solo las diré una vez:
¿Oyes ese silencio? Sí, significa que no hay reglas. Aquí mando yo. Y mi voluntad es ley.
Este es mi mundo, cuidadosamente organizado en un folio en blanco. ¿Que quiero que mueras? Solo tengo que querer. E, incluso, podría decidir que tipo de muerte sería. ¿Un accidente? ¿Un suicidio? ¿Un asesinato?  Podría hacer que los que investigan tu fallecimiento sospechasen lo que yo quisiese que sospechasen.
O simplemente, podría hacer que nadie investigase tu muerte.
Pero supón que he decidido darte la vida. Que yo te he creado. Podría ordenarte que hicieses lo que a mi se me antojase, ¿No? En realidad no necesitaría ni ordenártelo. Lo haces sin necesidad de que alce la voz.
Ahora te sientes confundido. Te sientes así por que yo quiero.
Viajemos un poco, te voy a situar en un bosque. ¿Te gusta el bosque? Sé que sí, porque es mi voluntad. No, no te preocupes, sé lo que hago.
Verás, te voy a explicar un poco qué ocurre, para que tu desconcierto no interrumpa mis pensamientos. Estás en mi imaginación.
Debería de ponerte un nombre, unos apellidos, empadronarte en un municipio tan ficticio como tú mismo y proporcionarte un pasado, un presente y un futuro. Pero el pasado no me importa, el presente te lo estoy contando y el futuro tú mismo lo vas a "vivir".
Pero te he creado para que hagas algo. Algo que yo jamás podría hacer. Y es eliminar a alguien de mi recuerdo.
Ella se llama Lucía, y tiene un pasado, que soy yo, y un presente y un futuro en el que yo no aparezco.
Hubo un tiempo en el que nos amábamos. Pero ella se cansó. No la culpo, ¿Cómo me va a querer alguien si ni yo mismo soy capaz de tenerme en un pedestal? Al final, todo se apagó. No creo que hagan falta más explicaciones.
Antes de matar a su recuerdo, quizás debería suicidarme. Pero a nadie le importa que siga respirando. Las balas valen demasiado para ser malgastadas en alguien como yo.
Pero ella es diferente. Verás, si ella vive y no es a mi lado, no puedo vivir. Su presencia en mi pasado me asfixia. Si no duerme conmigo, sueño con ella. Y demasiado tiempo pasa en mi cabeza durante el día como para dejar que también me visite por la noche.
Necesito deshacerme de su recuerdo. Y eso es lo que vas a hacer.
Verás, te voy a situar en un bosque. Con una pistola. ¿Qué quieres? ¿Un revólver, una semi-automática? Puedo conseguirte lo que necesites, con tal de que la mates. De que elimines su recuerdo de mi cabeza, con tal de conseguir que las noches no sean tan largas, ni las pesadillas tan constantes.
A tu derecha encontrarás a una pareja disfrutando de un picnic a la sombra de un nogal.
¿Ves a la mujer? Es Lucía. No mires al hombre, no quiero que sepas cómo es mi rostro. Levanta el brazo, cierra un ojo y dispara.
Vamos, aprieta el gatillo. Elimínala de mi recuerdo, haz que la olvide. Haz lo que tantos antidepresivos no han podido. Hazme feliz.
Y cuando apretó el gatillo, fingiendo no saber qué es ser humano, olvidó todo su mal.
Era tan infeliz con la imagen de a quién le había querido en su interior, que escribió el asesinato de su recuerdo.
Alejandro Berraquero, a 14 de Septiembre de 2013

5 comentarios:

  1. Hola, me entere de esto por el twitter.. Esta realmente bueno!! Para mi me costo un poco de entender.. tube que leer unas dos veces el final, eres muy bueno es esto sigue asi ;)

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    1. Muchas gracias!!:D Yo también creo que es algo confuso...
      Un abrazo;)

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  2. yo me entere de esto por mi hermana jaja. me encanto lo que escribiste, tambien me costo entender el final pero lo entendi bastante bien, tenes mucho talento y encima sos un genio en el piano ♥. besos!

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    1. Muchas gracias:D !!! Es impresionante que me lean hasta en latinoamérica:')
      Un abrazo!

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  3. En realidad dudo que se pueda matar un recuerdo, un recuerdo es un virus con el que convives y malgastas tu tiempo, es algo que te va a corromper por dentro. Pero me ha encantado la entrada, la metáfora, el poder del escritor

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